… teniendo más de 600

Hace un tiempo escribí sobre ello, la odisea de un empresario isleño, soportando a diario la incompetencia, la desidia y el desdén del Ayuntamiento, podéis leerlo aquí:  «Rajando Fino. Echando una manita»

Han pasado casi 5 meses, se dice pronto, diciembre… enero… febrero… marzo… abril…

Estamos ya en Mayo, mes de elecciones, de televisores regalados y votos por correo del estilo «Ayy payo dame usté un voooto que me dejan sin cuuurro», y nos encontramos en la misma situación, los contenedores llenos, los alrededores hasta arriba, y los bemoles hinchaos.

Pero… ¿a quién le importan los votos que pueden arrastrar 6-7 familias que dependen de una pizzería, teniendo más de 600 personas en nómina con mucho que agradecer? ¿verdad señora alcaldesa?

Ánimo José María, seguimos estando ahí.

En abierto, claro que sí

Para relajar el ambiente, y no pensar en crisis y maremotos, voy a hablar de fútbol, aprovechando la decisión de la jueza Pujol de obligar a que se juegue la próxima jornada de liga.

Parece ser que el reparto de los dineros televisivos por clubes es injusto, parece que pagan un pastizal a Madrid y Barça por hacer «lo mismo» que los de debajo de la tabla. Entiendo que un reparto más equitativo que el actual daría más igualdad a la liga, y que los pequeños podrían intentar ser menos pequeños. Es posible que las audiencias televisivas no deban ser el único patrón con el que se mida la cantidad de euros a ingresar por cada club, al igual que en la NBA se deja elegir antes a los peores equipos de una temporada a las estrellas en ciernes que llegan al profesionalismo. Mantengamos pues, como premisa, que el reparto no sea equitativo pero tampoco desproporcionado, llamémosle, discriminación positiva en pos del espectáculo.

Una vez dicho esto, y evitándonos la pregunta de si el equipo TAL F.C. cobra justa o injustamente 40 millones de euros, resulta que se ha gastado 70 y está en la ruina, y en lugar de mirarse en el espejo y llamarse a sí mismo «torpe derrochador», lo que hace es pedir más dinero.

¿De dónde sacamos más dinero? Nos cargamos el partido en abierto del sábado y lo vendemos, así podremos ganar 70 millones en lugar de 40 y gastarnos 100, o más, si seguimos la misma proporción.

Ahora se escuchan voces en contra del interés general, concretamente en contra de aquella llamada «Ley del Interés General» que inventó Álvarez Cascos, al que, lo digo a boca llena, nunca dejaré de agradecerle la susodicha ley. También he tenido que escuchar en tertulias radiofónicas, a listillos y listillas (generalmente más de las últimas) decir que si el fútbol se financia con los impuestos de todos, que si debería ser de pago, que lo que cobra fulano es indecente, etc.

A toda esa gente que brama contra el fútbol en abierto les digo lo siguiente:

El dinero que se gasta en organizar grandes eventos futbolísticos (policía, limpieza, etc.) no lo pagamos todos con nuestros impuestos, LO PAGO YO CON LOS MÍOS. Aclaro, con este mismo criterio, el dinero para la organización de cualquier otro evento, ya sea cultural, religioso, o de cualquier otro tipo, se paga, igualmente, no con el dinero de todos, si no con el dinero de los impuestos de los interesados. Si pensamos de esta forma todo es más fácil de entender, porque si no habría que hacer un referéndum cada vez que un organismo público tuviera que organizar algo.

El fútbol es el opio del pueblo, y lo debería ser por decreto, un mal día de trabajo, un apretón financiero, incluso la enfermedad de un ser querido, se soportan mejor si tu equipo gana. Están obligados a DIVERTIRNOS. Los clubes no pueden decidir hacer una huelga para quemar más dinero del que tienen, si no administras bien 40 no mereces 70.

No todo el fútbol puede ser de pago, ¿no se han parado a pensar en el jubilado que apenas puede vivir con su pensión? A él también le gusta el fútbol. Yo pago los 15€ del Canal + Liga, habrá quien no pueda y llegará un día en que quizá yo tampoco pueda.

A lo mejor el fútbol no es el opio de todo el pueblo, pero dejémosle a ese jubilado un poquito de su opio, denme un poquito del mío, elija usted el suyo, y seamos felices.

23-F

Hace 30 años, yo no había cumplido siquiera los siete, pero tengo recuerdos grabados a fuego, recuerdos que supongo, no voy a negarlo, han sido posteriormente contaminados con todo lo que he visto y oído todo este tiempo. La radio diciendo una retahíla de nombres…

-«Fulano de Tal», decía el diputado que iba llamando a la votación.

-«Sí» o «No», contestaba el señor «de Tal».

De pronto, un invitado no esperado hizo su aparición.

No me voy a dedicar hoy a debatir conclusiones ni aburrir con el manido «dónde estaba yo», cosa que hacemos mucho en mi pueblo con los terremotos y los 23-eFes.

Sí os diré que desde aquel día, o mejor dicho desde el día después, que fue cuando vimos las imágenes, un señor mayor, que se sentaba junto al Presidente del Gobierno paso a engrosar mi lista de héroes, no podía hablar de ese día sin hacer mi homenaje para el Señor Gutiérrez Mellado. El entonces vicepresidente, demostró que se podía llevar la máxima de «mejor morir de pie» hasta las últimas consecuencias.

Pero como iba diciendo, no estaba yo hoy en discutir teorías ni hablar de elefantes blancos. Mi reflexión de hoy va en consonancia con la imagen que tengo de quién estaba allí esa noche, y quien estaría 30 años después.

Es posible que los tenga idealizados, por el mucho trabajo, y bien hecho, que se hizo durante la transición, la generosidad de unos y otros, como se suele decir, el ejercicio de «ceder cada uno para ganar todos».

En aquel momento la clase política tenía el crédito del pueblo, porque aunque había mucho por hacer, también se había hecho mucho ya, había problemas, muchos, crisis económica, ETA en plena forma, pero con la sensación en el ambiente de que dábamos más pasos hacia adelante que hacia atrás.

Hoy en día, el nivel político, académico, y me atrevo a decir que incluso cívico que podemos ver cada día de los herederos de aquellos, deja bastante que desear.

Hoy veo diputados y diputadas con currículos que ni ellos mismos aceptarían en un asesor de medio pelo, y que para colmo incluso llegan a ministro, o ministra, mientras que echando la vista atrás recuerda uno que el 23-F había gente como Punset (lo se, alguien me podría decir que también estaba Blas Piñar, pero al menos éste es notario).

Hoy, 23 de febrero de 2011, tengo la impresión personal de que vuelve a pasar lo mismo y, entended el sentido del humor, vuelven a secuestrar al Congreso en pleno, y cerramos la puerta y tiramos la llave al río.

Es bueno que se celebren actos, que no se eche al olvido, que se recuerde una y otra vez lo que podría haber pasado, no tratando de menospreciar lo que pasó, como hacen muchos, que si eran cuatro gatos, que si no tenían plan, etc…

Yo quiero pensar que el 23-F fue un aviso, una LLAMADA DE ATENCIÓN a la clase política, que la democracia no es gratis, ni es ilimitada, recuérdenlo señores y señoras que viven de la política, no lo olviden: a la democracia se la conquista cada día, como si cada día pudiera ser el último.